Compra el artículo o suscríbete para seguir leyendo
Suscríbete
Obtenga acceso a todos nuestros contenidos exclusivos.Más de más de 195 revistas con más de 1780 artículos
El uso de catéteres venosos centrales para facilitar el manejo de los pacientes después de una cirugía mayor es muy frecuente. Los profesionales de enfermería son los responsables de su cuidado, manipulación y mantenimiento, jugando, por lo tanto, un papel muy importante para disminuir la incidencia de infecciones.
Metodología: estudio descriptivo y longitudinal sobre un total de 14 pacientes portadores de catéteres, donde 7 de ellos fueron curados con cura tradicional (gasas estériles impregnadas de clorhexidina + apósito transparente) y otros 7 con cura experimental (gasas estériles impregnadas de clorhexidina + nobecutan® spray + apósito transparente).
Resultados: los grupos fueron bastante homogéneos en cuanto a edad y sexo, encontrando sin embargo bastantes diferencias en lo relativo a la frecuencia de las curas, el dolor referido y la valoración de la piel pericatéter, obteniendo mejores resultados en el grupo en el cual se emplea nobecutan® spray.
Conclusión: el uso de nobecutan® spray para la cura de catéteres venosos centrales es beneficioso a tres niveles, ya que disminuye el dolor y la frecuencia de las curas, y con ello la manipulación y por lo tanto el riesgo de infección.
PALABRAS CLAVE: catéteres venosos centrales, infección, apósito
El uso del catéter venoso central (CVC) se ha convertido en una herramienta esencial para el manejo de pacientes hospitalizados después de una cirugía mayor, ya que proporciona un acceso vascular de mayor calibre, lo cual facilita técnicas como la administración de múltiples medicamentos o nutrición parenteral y permite otras que no son posibles mediante un acceso periférico como la medición de la PVC (presión venosa central)1.
El profesional de Enfermería juega un papel muy importante en la incidencia de las infecciones asociadas a CVC por su implicación en el cuidado, manipulación y mantenimiento2. Según el EPIME 2022 un 71,43% de los pacientes adquirieron una bacteriemia asociada al catéter3.
El protocolo que se sigue en la actualidad en el Hospital Universitario Severo Ochoa (HUSO) en la planta de Cirugía general y digestiva para el mantenimiento de vías centrales, según las recomendaciones de la CDC (Center for Disease Control), comprende la canalización de CVC con la mayor asepsia posible, curas con gasas estériles con clorhexidina y cobertura con un apósito transparente de poliuretano, minimizando el número de manipulaciones del catéter, siendo este aspecto clave para reducir el riesgo mencionado.
El mayor porcentaje de vías centrales para los pacientes postquirúrgicos son de acceso yugular, donde la incomodidad del paciente al movilizar cabeza o cuello supone un gran inconveniente, lo cual además provoca que los apósitos tiendan a despegarse con mayor frecuencia, precisando por ello mayor número de curas. Aunque las complicaciones agudas sean menores para este acceso, aumentan las complicaciones tardías, como la infección del punto de inserción, siendo aquí mayor que en el acceso subclavio si la duración del catéter es mayor o igual a 5 días4.
General
Específicos
Estudio descriptivo y longitudinal sobre un total de 14 casos, donde en la mitad se aplicó la cura tradicional (gasas estériles impregnadas de clorhexidina + apósito transparente de poliuretano) y a los otros 7 casos restantes se les aplicó la cura experimental (gasas estériles impregnadas de clorhexidina + nobecutan® spray + apósito transparente de poliuretano).
Las variables recogidas en ambos grupos fueron:
Todas las vías centrales estudiadas fueron de acceso yugular con dos luces. El tiempo medio de permanencia del acceso central fue de 4,3 días.
Con respecto al sexo un 78,5% fueron hombres frente a un 21,5% de mujeres. La media de edad de los pacientes fue 74,4 años, manteniendo una distribución más o menos homogénea en ambos grupos.
Respecto a la frecuencia de las curas sí pudo objetivarse una diferencia notable respecto a la frecuencia de las curas, ya que en la cura tradicional el apósito transparente de poliuretano se deterioraba a las 21,5h de media, mientras en la cura con nobecutan® spray la duración era de media unas 54h. (FOTOGRAFÍA 1).
El dolor fue medido mediante la Escala Visual Analógica (EVA), donde también se encontraron diferencias, siendo menor el dolor en 2,1 puntos en el grupo de cura experimental con spray de nobecutan®, ya que el apósito secundario se despegaba con mayor facilidad.
Variables de resultado |
||
Variables | Cura tradicional
Sin nobecutan® spray |
Cura experimental
Con nobecutan® spray |
Frecuencia curas | 21.5h media | 54h media |
Dolor (EVA) | 6.6 puntos. EVA media | 4.5puntos. EVA media |
Bacteriemia | 1 caso bacteriemia local | Ningún caso |
Piel pericatéter (DET) | 2.7 puntos DET media | 0.6 puntos DET media |
Con respecto a la valoración de la piel pericatéter, en el grupo de cura tradicional se encontraron 3 casos de enrojecimiento leve en un área mayor del 50% de la piel cubierta por el adhesivo y un caso de enrojecimiento severo, no habiendo ninguna lesión en los otros 3 casos restantes. Sin embargo, en el grupo en el que se usó nobecutan® spray solo nos encontramos 1 caso de enrojecimiento leve en un área mayor al 50%. (FOTOGRAFÍA 2)
Solo se encontró un caso de bacteriemia local en el grupo de cura tradicional.
A la vista de los resultados podríamos afirmar que la cura experimental con nobecutan® spray es muy beneficiosa para el paciente, ya que reduce el dolor a la hora de retirar el apósito y el número de curas (debido a que el apósito adhesivo de poliuretano aguanta más tiempo sin deteriorarse), limitando así la necesidad de manipular de la vía central y disminuyendo con ello el riesgo de infección.
No obstante, el uso de Nobecutan® spray también es beneficioso para el personal de enfermería, ya que permite no solo despegar con mayor facilidad el apósito secundario sino también reducir el número de curas, disminuyendo así la demanda asistencial.
Y en última instancia también podemos observar ventajas en el ámbito económico y de gestión de recursos, ya que al reducir el riesgo de infección disminuyen los tiempos de hospitalización, el uso de antibióticos de amplio espectro, los costes del tratamiento y por supuesto la mortalidad.
La Guía para la prevención de infecciones de catéteres intravasculares de CDC hace hincapié en la importancia de un buen entrenamiento para el personal de enfermería a la hora de prevenir las infecciones asociadas a CVC, lo cual hace patente la implementación de nuevas guías o protocolos basados en intervenciones que hayan mostrado efectividad en la disminución de los factores de riesgo.
Bibliografía
Anexos
FOTOGRAFÍA 1
FOTOGRAFÍA 2
SANDRA LÓPEZ DÍAZ
Graduada en Enfermería. Planta de hospitalización de cirugía general y digestiva. Hospital Universitario Severo Ochoa, Leganés, Madrid.
BEATRIZ FRAILE BLANCO. GRADUADA EN ENFERMERÍA.
Graduada en Enfermería. Planta de hospitalización de cirugía general y digestiva. Hospital Universitario Severo Ochoa, Leganés, Madrid.
beafbla@hotmail.com
Ronda Universitat, 33, entresuelo 1º A, 08007 Barcelona.
Tel: (+34) 93 200 80 33
Email: rol@e-rol.es
Whatsapp: +34 660 829 100
© 2023 EDICIONES ROL S.L. Todos los derechos reservados
Complete el formulario a continuación para registrarse
Complete el formulario a continuación para registrarse