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INTRODUCCIÓN
La diabetes mellitus es una enfermedad metabólica de carácter crónico, caracterizada por mantener unos niveles altos de glucemia en sangre de manera persistente como consecuencia de una alteración en la secreción y/o acción de la insulina, que afecta además al metabolismo del resto de macronutrientes (hidratos de carbono, lípidos y proteínas). Sus síntomas habituales como poliuria, polidipsia, visión borrosa y pérdida de peso pueden pasar años desapercibidos, causando más complicaciones micro y macrovasculares.
Hasta el 25% de los pacientes que padecen diabetes mellitus tienen una úlcera a lo largo de su vida, y hasta el 5% tienen riesgo de sufrir una amputación en los 12 meses siguientes. A pesar de estas cifras y de que esto causa un gran deterioro en la calidad de vida del paciente, este tipo de complicaciones reciben menos investigación y menos atención clínica que otras complicaciones de la diabetes.
El objetivo principal del tratamiento de la úlcera es su cierre y debe iniciarse en un estadio precoz para posibilitar una curación temprana. Hay que realizar un cuidado óptimo de la úlcera con desbridamiento de tejidos no viables y el uso de apósitos adecuados. Las complicaciones y el riesgo de amputación están asociados a la presencia de infección, enfermedad vascular periférica y a mayor profundidad de la úlcera.
El desbridamiento tiene como objetivo limpiar o retirar de la úlcera el tejido necrótico e hiperqueratósico, permitiendo evaluar su base, valorar posibles zonas fistulizadas y reducir el crecimiento bacteriano. Cuando el paciente presenta una isquemia en la zona de la úlcera, el desbridamiento enzimático (colagenasa) puede ser el tratamiento más apropiado para realizar el desbridamiento.
PRESENTACIÓN DEL CASO
Mujer de 68 años, independiente para las actividades de la vida diaria, que sale a la calle y camina sin ayuda, y como antecedentes previos solo presenta hipertensión arterial. En mayo de 2022 ingresa en el centro hospitalario del bierzo por un debut diabético y presenta una úlcera en el miembro inferior izquierdo, que la paciente refiere tener desde hace un mes. Durante su ingreso se hace una interconsulta a dermatología que realiza una biopsia a la úlcera, dando como resultado la ausencia de signos de vasculitis o calcifilaxia, de arterioesclerosis o de lesión ulcerada con signos de estasis. Después de un mes de ingreso en el centro hospitalario es dada de alta a su domicilio con control por parte de su enfermera y de su médico del centro de salud. Debido a su mala evolución y a la abundante cantidad de esfacelo que contiene la úlcera deciden reenviarla a nuestra unidad de cirugía para una valoración y si procede un cambio en la pauta de cura de la úlcera.
VALORACIÓN
Para realizar nuestra valoración decidimos utilizar los Patrones Funcionales de M. Gordon, esto lo conseguimos a través de una entrevista personal con la paciente, una exploración física y recopilación de datos de su historia clínica electrónica. Se establecen cuatro diagnósticos principales (tabla 1).
También estableceremos unos objetivos acordes al plan de cuidados (NOC) y las actividades de enfermería (tabla 2).
Después de realizar valoración, establecemos un plan de cuidados para el correcto desbridamiento, preparación del lecho de la herida y su posterior curación. Al inicio del tratamiento comenzamos con curas cada 48 horas con ácido hialurónico con colagenasa, además de un apósito de hidrofibra. Tras una semana realizando un desbridamiento enzimático con este tipo de curas, pudimos observar una clara mejoría tanto en los bordes como en el lecho de la lesión, por lo que se decide continuar con el desbridamiento enzimático, con la misma pauta de cura.
Continuamos realizando curas cada 48 horas, al cabo de 30 días tenemos lesión totalmente desbridada, sin restos de esfacelo, los bordes con buen aspecto y la piel perilesional íntegra, preparada para su correcta cicatrización.
DISCUSIÓN
Este caso nos ha parecido muy interesante porque la paciente llevaba un mes en tratamiento de la úlcera en su centro de salud sin una clara evolución en el lecho de la úlcera, y después de modificar la pauta de la cura y utilizar la colagenasa con ácido hialurónico como método de desbridamiento enzimático, en menos de un mes habíamos conseguido deshacernos de todo el tejido no viable del lecho de la herida consiguiendo un tejido de granulación óptimo, además de tener los bordes en perfectas condiciones para conseguir un completo cierre de la herida.
Al ser tan rápido y efectivo nos parece que el coste-beneficio ha sido muy bueno. Además, otro punto destacable es que así conseguimos recuperar la calidad de vida de la paciente en menos tiempo.
BIBLIOGRAFÍA
JENNIFER OTERO PÁEZ
Enfermera de la Consulta de curas de cirugía del Hospital Universitario del Bierzo.Ponferrada, León.
Ronda Universitat, 33, entresuelo 1º A, 08007 Barcelona.
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