En este mundo globalizado, la velocidad de información, los continuos cambios científicos y tecnológicos constituyen un desafío para enseñar a los profesionales del cuidado en ejercicio, De hecho, el Código Deontológico de la Enfermería Española señala que será responsabilidad de la enfermera actualizar constantemente sus conocimientos personales. El fin es evitar actuaciones que puedan ocasionar la pérdida de salud o de vida de las personas que atiende.

Por tanto, la formación continuada en Enfermería es clave para mantener y mejorar la calidad asistencial, garantizar la seguridad del paciente y del propio profesional de enfermería. Dentro en un hospital muchas veces la formación está a cargo de los propios profesionales compartiendo las áreas que más dominan con sus compañeros para dar la mejor de las atenciones a los pacientes o para poder atender las necesidades del hospital.

Pero también es cierto que una formación no es dar una charla, no es dar una conferencia, y no es explicar a un compañero una técnica concreta de la practica enfermera para que el lo pueda hacer por su cuenta. En realidad la formación es un proceso de desarrollo que se articula desde la detección de necesidades de la empresa y del trabajador con la finalidad de fomentar activamente la adquisición y desarrollo de competencias para el correcto desempeño laboral de un nuevo trabajador o de un trabajador para poder desempeñar su puesto con mayor efectividad.

Esta definición requiere de múltiples herramientas para que la acción formativa tenga un impacto real en los profesionales que la reciben. la incorporación de variadas metodologías que reemplacen la insuficiencia de las clases expositivas; así como integrar el aprendizaje a partir de problemas al priorizar metodologías participativas

El enfermero-docente, precisa estar provisto de competencias que van más allá de la preparación de una exposición a unos compañeros, pues constantemente se ve en situaciones propias del desempeño del rol en un hospital como: las diferentes edades, la falta de tiempo, la desmotivación, los cambios continuos que pueden crear resistencias a la acción formativa, y esto requiere una capacitación en conocimientos y habilidades pedagógicas, basadas en la ética y en el respeto a la autonomía de los compañeros a los que se les imparte de la acción formativa.

Además, el enfermero docente docente debe ser capaz de evaluar los resultados de su acción formativa para ver la rentabilidad del tiempo y dinero invertido por la institución que lo auspicia.